martes, 7 de noviembre de 2017

Y miramos el mar como se miran a las estrellas fugaces,
valorando la eterna dimensión que se descompone vehemente ante la caricia del viento.
Cierro los ojos y la sal me moja los labios.


Los abro y te apareces como si el tiempo no hubiera avanzado silente entre nuestros cuerpos.
(cerca del mar, la parte dulce de la sal) 

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