viernes, 24 de noviembre de 2017

El reloj está a punto de atravesar la una de la madrugada. Me encuentro sola, nostálgica, reflexiva, feliz.
El pensamiento me hace viajar entre momentos que estos últimos meses la vida me ha regalado, qué dichosa me siento, lo prometo.
Poder vivir para contarlo, poder contarlo para re(vivirlo). Me gustaría no olvidar jamás cada uno de los detalles, poder grabarlos o escribirlos. Pero sé que haciendo eso perderían su esencia, su valor, porque al final lo pequeño, intangible, inabarcable y fugaz es de las mejores cosas que tiene esta vida. Lo único de cada momento, de cada persona, de cada sentimiento. Porque sí, cada vez sentimos algo distinto, ninguna emoción aunque sea en una situación parecida vuelve a ser la misma aún con las mismas personas y en los mismos lugares. Y me encanta y es otro de los motivos por los que amo esta extraña dimensión, esta singular vida. Y no puedo dormir pensando en esto, recordando momentos y agradeciendo tener cada uno de mis cinco sentidos para poder evocarlo y proyectarlo e iluminar la oscuridad de mi habitación al igual que han hecho con mi vida. Siento la brutal energía que desprenden los que amo, quienes me dan momentos buenos y malos. Siento la energía del aquí y ahora porque nada más existe que este presente. Siento, siento, y me abro en canal para seguir recibiendo esta fuerza tan grande e inmensa como es el amor. Abro mis manos, extiendo mis brazos, empiezo a volar y son estas palabras las que me impulsan y me guían hasta perderme más allá.

Ya lo dijo una vez Benjamín Prado, si antes escribía para vivir, ahora quiero vivir para contarlo.

Patricia, cuando vuelvas a leer esto en el futuro, recuerda que te adoro, que amo tus maneras. Ojalá no cambies en esencia aunque sí en forma. Sigue luchando, sigue amando. Sigue aquí conmigo, contigo, con todos.

martes, 21 de noviembre de 2017

Me llaman caricia porque mis palabras recorren tu piel, 
me llaman pájaro, porque sé volar cuando me entrego al papel.
Me llaman agua, fuego, tierra, me llaman viento, 
me llaman tormenta porque en cada aliento, libero lineas de sentimiento.

Me llaman muchos, pero a pocos contesto.

lunes, 20 de noviembre de 2017

El valor de las palabras

¡ Palabras, palabras y más palabras !
¡ Qué hermosas son y cuánto me gustan !

Maldita inflación palabraria :
¡ Aumenta la sostificación, incrementa la estética!
A su vez... decrece su valor, desciende hasta que nadie cree en ellas, nadie las toma en serio, ni nadie las tiene en cuenta.
Demasiados vocablos para tan poco sentimiento, ¿ Cuánto ganaríamos si utilizáramos las palabras en su justa medida, las palabras precisas, las palabras adecuadas?
Maldito capitalismo: Me hizo creer que odiaba las palabras, realmente era el mal uso de ellas.

lunes, 13 de noviembre de 2017

Below your hands

No te busco
porque sé que es imposible
encontrarte así, buscándote.

Dejarte. Te dejaré
como olvidada
y pensando en otras cosas
para no pensar en ti,
pero pensándote a ti
en ellas, disimulada.
Frases simples por los labios:
"Mañana tengo que hacer..."
"Eso sí, mejor sería...".
Distracción. ¡Que fácil todo,
qué sencillo todo ya, tú
olvidada!

Y entonces
de pronto -¿por cuál será
de los puntos cardinales?-
te entregarás, disfrazada
de sorpresa,
con ese traje tejido
de repentes, de improvisos,
puesto para sorprenderme,
que yo mismo te inventé.

-Pedro Salinas.

Volemos por este presente con el leve rastro que nos regaló el pasado.

martes, 7 de noviembre de 2017

Y miramos el mar como se miran a las estrellas fugaces,
valorando la eterna dimensión que se descompone vehemente ante la caricia del viento.
Cierro los ojos y la sal me moja los labios.


Los abro y te apareces como si el tiempo no hubiera avanzado silente entre nuestros cuerpos.
(cerca del mar, la parte dulce de la sal) 

sábado, 4 de noviembre de 2017

Yo poseía
Ella poseía también, nosotras poseíamos juntas, mientras que ellas poseían y ellos poseen.
Tú : Poesía

viernes, 3 de noviembre de 2017

Te prometo que cuando escucho poesía amo la vida.
Que me suben mariposas,
y todo lo banal se me olvida.
Que no sé qué siento aqui en esta revolución interna que unos llaman corazón y otros mente.
Yo lo llamo "sinrazón".
Que cuando siento la emoción de quien la escribió
se me encoge el pecho,
y el aire hace grandes esfuerzos por salir de mí.

Te prometo, lector mío, que estoy enamorada de la poesía,
pero aún más de la vida. 

De remitentes y destinatarios

Y entra en mí,
me invade cuan las llamas de un bosque,
arrasa descontrolado
desenfrenado,
Mutilando cada resquicio de vacío
Y le dejo porque sé que es él.
Y resulta que ya nos conocíamos de antes:
éramos viejos amigos.

Qué triste cuando entra ahí dentro.
Como cuando un parque se queda vacío sin niños,
como el barco que está hundido en mitad de la nada,
como cuando tu idea se queda sin argumentos.
Qué triste.

Qué triste desprenderse del tiempo dedicado al leve espacio que nos regala para escribir una postal.
Qué triste para el cartero recoger algo que no es para él.
Qué triste es que las postales viajen mudas teniendo tanto que contar, tantos recuerdos que dar, que acerquen a personas con un poquito de tinta y árbol.

Qué triste es si no llegan a su destinatario.


Pero qué bonito cuando lo hacen.

miércoles, 1 de noviembre de 2017

Ese amor,esa tragedia

Ese amor loco, arrebatador, incoherente y salvajemente imperfecto,descontrolado, a ese que te entregas absolutamente y no se repite.
El mundo de cuando era joven y romántica,cuando creía que el amor duraba para siempre y que nada era más fuerte y grande que mi amor por él,todas esas tonterías...