Ruego que no se pierda el escribir cartas, postales, mensajes, telegramas... La fuerza de la palabra escrita, la reflexión que implica y permite en el prologado tiempo en el que estas se leen y releen es algo que la palabra sonada no podrá conseguir. Abogo por la escritura, su ternura, y el refugio de la duda de no saber qué interpretar o qué se esconde detrás del mensaje implícito que ellas atesoran con mimo.
¡Palabras, palabras y más palabras!
Si crees que vuelan, es porque no has mirado bien al cielo.
Si crees que vuelan, es porque no has mirado bien al cielo.
Esencia y viento.
Me encantan los dos últimos versos
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