J'adore notre éternelle divergence.
jueves, 31 de agosto de 2017
miércoles, 30 de agosto de 2017
Déjà vu.
Camino, camino y observo:
Dos amantes caminantes en los rincones de una ciudad desierta,
por los rincones de mi ciudad.
una canción de Jazz los acompaña y...
Rompe a llover, corren, corre la diversión,¡ Vuela la pasión!
Ojalá, estuvieses conmigo aquí, corriendo bajo la lluvia, como dos amantes,
amando la vida, amando cada rincón, sintiendo cada canción,recordando la ocasión.
Dos amantes con un futuro incierto, amantes desconciertos.
Dos amantes caminantes en los rincones de una ciudad desierta,
por los rincones de mi ciudad.
una canción de Jazz los acompaña y...
Rompe a llover, corren, corre la diversión,¡ Vuela la pasión!
Ojalá, estuvieses conmigo aquí, corriendo bajo la lluvia, como dos amantes,
amando la vida, amando cada rincón, sintiendo cada canción,recordando la ocasión.
Dos amantes con un futuro incierto, amantes desconciertos.
Hivern
Era una noche de invierno. El frío se mecía con aires de vehemencia por las cuatro esquinas de su cama. Sus pies se consolaban con la ilusión de entrar en calor en algún momento previo a la llegada de la medianoche. Su entrecortada y temblorosa respiración no impedía que su pensamiento volara más allá de las gruesas y húmedas paredes de aquella mugrosa y más que antigua buhardilla.
No dejaba de verla. No salía de su cabeza. No dejaba de recordarla con las maletas en sus manos, yéndose poco a poco, difuminándose con la niebla y el furioso sonido del viento de enero.
La palabra adiós cosida en su piel, el misterio de la verdad oculta navegando inquieta por su sien. Un grito mudo: "Mamá, no me dejes aquí".
Diez años después su recuerdo sigue tan firme como las estructuras que sostienen aquella buhardilla. Diez años después su memoria sigue tan intacta como las telarañas que sostienen las cientos de arañas que han presenciado su soledad.
Diez años después su corazón no la deja despedirse de su madre. Sigue con ella, en todo cuanto toca y cuanto ve. El abandono no implica rechazo, el rechazo no implica desamor. El desamor no implica olvido.
El amor también acoge la distancia y las implicaciones de la lejanía.
La mejor despedida es la que nunca llega.
No dejaba de verla. No salía de su cabeza. No dejaba de recordarla con las maletas en sus manos, yéndose poco a poco, difuminándose con la niebla y el furioso sonido del viento de enero.
La palabra adiós cosida en su piel, el misterio de la verdad oculta navegando inquieta por su sien. Un grito mudo: "Mamá, no me dejes aquí".
Diez años después su recuerdo sigue tan firme como las estructuras que sostienen aquella buhardilla. Diez años después su memoria sigue tan intacta como las telarañas que sostienen las cientos de arañas que han presenciado su soledad.
Diez años después su corazón no la deja despedirse de su madre. Sigue con ella, en todo cuanto toca y cuanto ve. El abandono no implica rechazo, el rechazo no implica desamor. El desamor no implica olvido.
El amor también acoge la distancia y las implicaciones de la lejanía.
La mejor despedida es la que nunca llega.
domingo, 27 de agosto de 2017
viernes, 25 de agosto de 2017
El poder de las palabras
Tú tan lírica, tan expresiva, tan energética, yo, sin embargo, tan des pa cio...
tú tan palabra, y yo, tan (silencio).
Nosotras: tan contradicción, tan discrepancia, y a la vez tan conectadas, tan tan tan, tal nosotras.
jueves, 24 de agosto de 2017
Me esfuerzo, me esfuerzo en comprenderte.
Y es un esfuerzo que me gusta realizar.
De hecho, siendo de este modo, no lo calificaría como tal.
Es más bien un aprendizaje. Estoy aprendiendo de tí, contigo.
Es el mejor regalo que alguien puede darme, que tú puedes darle.
Que ambas podemos darnos. A nosotras mismas y al mundo.
Que nuestras discrepancias nos acercan,
quizá también discrepes en esto. Ojalá sea así.
Así te tendré unos minutos más de mi vida,
para intentar mostrártelo (no convencerte)
porque intercambiar nuestras opiniones hace
que permanezcas más tiempo en mi tiempo.
Que sé, bueno, intuyo que mis incoherencias
y caprichosas contradicciones
te sacan de quicio, a veces.
Que no me entiendes
y, que quizá desearías no haber conocido a alguien como yo.
Y lo entiendo.
Que lo que te digo,
se parece más al vacío
que al lleno que pretendo compartir.
Que una persona que apenas conoces
no puede transmitirte lo que me transmites,
o eso pensaba yo, hasta el mes pasado.
Que aún, aún no sé quién eres,
y ojalá no lo desvele.
Que nunca sé qué
Y es un esfuerzo que me gusta realizar.
De hecho, siendo de este modo, no lo calificaría como tal.
Es más bien un aprendizaje. Estoy aprendiendo de tí, contigo.
Es el mejor regalo que alguien puede darme, que tú puedes darle.
Que ambas podemos darnos. A nosotras mismas y al mundo.
Que nuestras discrepancias nos acercan,
quizá también discrepes en esto. Ojalá sea así.
Así te tendré unos minutos más de mi vida,
para intentar mostrártelo (no convencerte)
porque intercambiar nuestras opiniones hace
que permanezcas más tiempo en mi tiempo.
Que sé, bueno, intuyo que mis incoherencias
y caprichosas contradicciones
te sacan de quicio, a veces.
Que no me entiendes
y, que quizá desearías no haber conocido a alguien como yo.
Y lo entiendo.
Que lo que te digo,
se parece más al vacío
que al lleno que pretendo compartir.
Que una persona que apenas conoces
no puede transmitirte lo que me transmites,
o eso pensaba yo, hasta el mes pasado.
Que aún, aún no sé quién eres,
y ojalá no lo desvele.
Que nunca sé qué
va a pasar por esa cabeza
cuando hablo, actúo, no actúo
o simplemente respiro.
Demasiada incertidumbre la que nos asedia.
Que sé que nuestro pasado es tan distinto
como el filtro que usamos para ver e interpretar
lo que nos rodea.
Pero también sé,
al igual que tú,
que si no fuera así,
yo no estaría escribiendo esto.
Si nuestros compases fuesen al mismo ritmo,
esto sonaría como una melodía más.
o simplemente respiro.
Demasiada incertidumbre la que nos asedia.
Que sé que nuestro pasado es tan distinto
como el filtro que usamos para ver e interpretar
lo que nos rodea.
Pero también sé,
al igual que tú,
que si no fuera así,
yo no estaría escribiendo esto.
Si nuestros compases fuesen al mismo ritmo,
esto sonaría como una melodía más.
Viento.
miércoles, 23 de agosto de 2017
Perdóname
Siento, si jamás la nombré,
tu belleza.
Permíteme alagarte con mis palabras
de manera que pueda compensar todos
mis
silencios.
A veces, me ahogo en tu océano,
solo a veces,
porque mirar como te miro
debería ser prohibido.
A veces, me deslizo por tu blanca piel,
tan pura, tan tú.
Digo a veces,
porque otras observo tus lunares,
sigo tu camino de besos,
aquellos en los que me pierdo cuando
rozan tus labios.
Labios que aguardan una sonrisa descubierta,
natural,
llena de alegría,
de vida.
Siento haberla ignorado,
por no mencionarla,
perdóname por disfrutarla
en
silencio.
Perdóname tú, a mí
Siento, nombrar siempre, tu belleza.
Permíteme alabarte con mi silencio,
de manera que pueda compensar todas mis palabras.
A veces me ahogo en la dimensión de tu mirar,
solo a veces.
Porque mirar como tu lo haces
debería
estar
prohibido.
A veces, me deslizo por el color canela de tu piel,
tan intenso, tan tú.
Me pierde, me pierdes.
Digo a veces, porque otras veces
observo los hilos de oro de tu piel,
los sigo con mis besos,
aquellos con los que ambas nos perdemos
cuando rozan mis labios.
Labios que aguardan una sonrisa,
una mano posada sobre tu rostro que aguanta el cosquilleo,
que muere y revive a la vez en tu deseo, mi deseo.
Nuestro ya mutuo y latente deseo.
Si yo tengo vida, tú me la energizas.
Siento, haberla alabado, por ya mencionarla y descubrirme,
perdóname disfrutarla y expresártela
con
mis
palabras.
Permíteme alabarte con mi silencio,
de manera que pueda compensar todas mis palabras.
A veces me ahogo en la dimensión de tu mirar,
solo a veces.
Porque mirar como tu lo haces
debería
estar
prohibido.
A veces, me deslizo por el color canela de tu piel,
tan intenso, tan tú.
Me pierde, me pierdes.
Digo a veces, porque otras veces
observo los hilos de oro de tu piel,
los sigo con mis besos,
aquellos con los que ambas nos perdemos
cuando rozan mis labios.
Labios que aguardan una sonrisa,
una mano posada sobre tu rostro que aguanta el cosquilleo,
que muere y revive a la vez en tu deseo, mi deseo.
Nuestro ya mutuo y latente deseo.
Si yo tengo vida, tú me la energizas.
Siento, haberla alabado, por ya mencionarla y descubrirme,
perdóname disfrutarla y expresártela
con
mis
palabras.
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